Desde los albores de la civilización humana se tiene constancia del uso de flores y plantas aromáticas con fines funerarios. Con el tiempo esta tradición ha tenido pocas variaciones, por ello las flores sigue siendo la forma más emblemática de decir adiós.

Cuando despedimos a un ser querido, sentimos que tenemos que llevar algo, no podemos llevar nada de lo que puedan hacer uso, por ese motivo les llevamos flores, para adornar con aromas y color su último lecho.

Con flores podemos enviar muchos mensajes: De condolencia, de agradecimiento, de amistad, de amor, demostrando el afecto que sentimos por esa persona y que para nosotros permanezca en el recuerdo.

Con flores podemos mostrar nuestros sentimientos, con flores podemos hacer un sencillo homenaje, con flores podemos decir: “gracias”, “te quiero”, “te echo de menos”, “siempre estarás cerca de mí” diferentes mensajes que quedarán expresados en silencio, de forma “senzille i tendre”.

Con flores nunca irás con las manos vacías, sino llenas de afecto.

Por ello: Díselo con flores.